La serie de On The Ground es una serie de Rapid Growth Media. Estas series resaltarán y celebrarán a las comunidades ubicadas entre la avenida Grandville.
“Mi abuelo murió en la casa amarilla de la Avenida Grandville. No fue una sorpresa, todos estábamos con él cuando dio su último respiro. Ahora yo trabajo, me estaciono y camino donde una vez estuvo la casa amarilla y ese sentimiento me conmueve. Yo aún me siento cercana a él y todos los demás que pasamos y le llamamos hogar a la casa amarilla,” dice Samariz Hernández, KSSN (Red de Servicios Escolares de Kent) coordinadora de la comunidad escolar en la Escuela Primaria Cesar Chávez, una escuela Pública de Grand Rapids localizada al suroeste en la esquina de la Calle Hall y la Avenida Grandville. Hernández y su familia, por varias generaciones le han llamado su hogar a la Avenida Grandville. Ella se trasladó de su pueblo en Chicago a la Avenida Grandville con sus tres hermanos y su madre, María Cruz, el 4 de septiembre de 1992, para estar más cerca de la familia.
En las primeras semanas, Hernández y su familia estuvieron en la casa de sus abuelos, la que ella describe como la gran casa amarilla al otro lado de la calle, frente a la tienda La Principal, donde su propietario, Paquito, le vendía los mejores panes cubanos de carne que ella ha comido. La casa amarilla de sus abuelos estuvo orgullosamente de pie en la 1243 de la avenida Grandville, al suroeste, hasta 2007 cuando fue derribada para construir la Escuela Primaria Cesar E. Chávez, la que reemplazaba a la
Escuela Primaria Hall construida en 1955. Esta era la segunda escuela primaria Hall.
Escuela Pública de la Calle Hall, Grand Rapids, Michigan. (Cortesia de Grand Rapids History & Special Collections, Archives, Grand Rapids Public Library)La primera Escuela Hall fue construida en 1892 y proveyó educación desde Kinder hasta el 8avo grado a los niños del vecindario por casi 65 años. Aunque ninguno de los edificios se encuentra ahí, Hernández no ha olvidado aquellas tardes que ella pasó tocando de puerta en puerta en su vecindario para presentarse por sí misma a sus vecinos.
“Caminamos desde la Avenida Clyde Park hasta Burton Street. Nos sentíamos completamente libres," dice Hernández.
Vivir en la Avenida Grandville, le dio a Hernández un sentido de seguridad que no siempre pudo sentir viviendo en la ciudad de Chicago.
El Camino de Grandville
La Avenida Grandville no siempre fue vibrantemente ocupada y animada como hoy: en un tiempo se le conoció como Grandville Plank Road. El camino estaba hecho de tablones de madera, que fueron arrastrados hasta allí por carretas con caballos. La diligencia iba de arriba a abajo en el camino para asegurarse de parar en todas las cabañas a lo largo del camino.
Mary AngeloDe acuerdo con Mary Ángelo, autora de "I remember... a History of Granville Avenue" (Yo recuerdo... una Historia de la Avenida Grandville), el camino se abría en el medio del bosque. James A. Rumsey, un comerciante local, compró muchas propiedades a lo largo de la avenida.
Hasta el día de hoy, el legado de Rumsey es recordado por el Edificio Rumsey en el 880 de la Avenida Grandville que fue construido con el mismo tipo de ladrillos de la casa que construyó para su compañera Cornelia Stone y su familia
Desde su inicio, como primera autopista en Grand Rapids en 1836, el Camino de Grandville, fue creado en el área para conectar a los residentes con el centro de la ciudad. No mucho después de la creación del camino, alrededor del año 1800, las familias de la clase trabajadora holandesas e irlandesas fueron ubicadas en la avenida también.
De acuerdo con los documentos históricos del área, recopilados por Ángelo, la comunidad siempre ha sido una comunidad de inmigrantes.
"En los años de 1900 podías ir a cualquier escuela o iglesia y hablar holandés. Si vivías en ese vecindario puede ser que nunca aprendieras inglés y aun así salir adelante. Casi siempre ha sido un vecindario bilingüe," explica Ángelo.
Aunque ya no se escucha hablar el holandés en la Avenida Grandville, español e inglés se escuchan y hablan intercambiablemente dentro de las escuelas e iglesias, y también en filas para pagar en las variadas tiendas de abarrotes asentadas a lo largo de la avenida. La autora Delia Fernández señala en su artículo de revista "Becoming Latino: Mexican and Puerto Rican Community Formation in Grand Rapids Michigan, 1925-1964” (Cómo convertirse en Latino, Comunidad de Formación Mexicana y puertorriqueña en Grand Rapids, 1926-1964") que los primeros mexicanos que llegaron a Grand Rapids a principios de 1920 eran hombres y trabajaron en las líneas del ferrocarril. Muchos de estos hombres eran por lo menos de la segunda o tercera generación de inmigrantes que estuvieron construyendo casas cerca de la Catedral de San Andrés, muchos de los cuales fueron dirigidos por holandeses de primera generación.
Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos mexicanos vinieron a Michigan a través del “Programa de Braceros”, para trabajar en los campos recogiendo cosechas. De acuerdo a los archivos obtenidos por Fernández en la Diócesis de Grand Rapids, el número de Latinos residentes subió de 35 en 1940 a un aproximado de 500 individuos en 1945. Estos primeros latinos asentados, vieron la importancia de formar alianzas y grupos afines entre ellos, como lo señala Fernández en su trabajo. Daniel Vázquez y su compañera Consuelo invitaron a otros mexicanos del área para unírseles al grupo conocido como Sociedad Mutualista Círculo Mexicano. La “mutualista" les dio a las personas la oportunidad de usar el banco y los servicios sociales.
En ese tiempo hubo un dramático incremento de residentes mexicanos en Grand Rapids. Los primeros puertorriqueños, por su parte, también empezaron a llegar a la ciudad, ambos grupos hicieron vida comunitaria los unos con los otros.
De acuerdo a la recopilación histórica de Fernández, muchos mexicanos y puertorriqueños enfrentaron dificultades para obtener empleo, o tuvieron menos oportunidades de superarse en los trabajos que tenían.
"El requerimiento del idioma fue el principal obstáculo para conseguir empleo", explica Fernández en "Becoming Latino". El acceso a ser propietarios de sus casas también fue limitado a los inmigrantes latinos en Grand Rapids, y muchos de ellos tuvieron dificultad para encontrar aliados que les vendieran una propiedad en el suroeste de la ciudad.
La avenida Grandville cerca de la calle HallTemprano en los 90s, muchas de las familias que vivían en la avenida eran de México y Puerto Rico, pero luego en el área se vio un cambio, pues más familias procedentes de Guatemala se habían trasladado a vivir en la comunidad, explica Hernández, quien también trabaja como Coordinador Escolar en la Escuela Primaria Cesar Chávez. En una comunidad donde el 76.6% es identificado como Latino de acuerdo a los datos del Censo de los Estados Unidos, obtenido por el Centro de Filantropía Dorothy A. Johson de la Universidad Estatal Grand Valley, la experiencia vivida por los inmigrantes continúa a la espera de ser realidad para los que viven y trabajan en la avenida hoy.
Emprendimiento en Grandville
Ángelo, quien también creció en el área y luego se convirtió en la directora de la Asociación del Vecindario del Parque Roosevelt (Roosevelt Park Neirghborhood Association) una entidad que ha servido a los residentes que viven entre la calle Hall y Clyde Park durante 21 años, recuerda haber crecido en el área rodeada por muchos holandeses de la clase trabajadora y de las Iglesias Cristiana Reformadas.
"El vecindario estaba rodeado por fábricas de muebles -que garantizaban trabajos para todos los que vivían y tenían voluntad de trabajar ahí", explica Ángelo.
Uno de los primeros negocios del vecindario fue la Fábrica de galletas Hekman (The Hekman Biscuit Company) construida por Edsko Hekman, un inmigrante holandés que vino a Grand Rapids en 1893. Hekman empezó su negocio vendiendo galletas hechas en casa a los residentes de la avenida, usando el carruaje del bebé de la familia. Finalmente, el empeño de Hekman se convirtió en la Compañía Hekman en el 1363 de la Avenida Grandville, y fue la panadería más grande en los Estados Unidos.
"Al final, muchos inmigrantes holandeses que vivían ahí después de tres o cuatro generaciones, pudieron mejorar sus vidas a través de emprender negocios por sí mismos u obtener mejores empleos y se mudaron fuera del vecindario", dice Ángelo.
William Kingma, fundador de la tienda de abarrotes y verduras Kingma (Kingma's grocery and produce stores), empezó su negocio en la avenida Grandville vendiendo frutas y verduras en su bicicleta. Después, abrió la primera tienda Kingma en el 1427 de la Avenida Grandville.
Aunque no todos en la avenida tenían el mismo capital económico para abrir su propia tienda, no se asustaban de hacer sus propios negocios informales. Entre éstos, estaban las mujeres puertorriqueñas y mexicanas quienes aprovechaban los juegos semanales de béisbol del Parque Rumsey en donde vendían comida tradicional al público asistente, como lo señala Fernández en su artículo. Hasta el día de hoy, continuamos viendo el espíritu de emprendimiento que conecta a los residentes de la Avenida Grandville para realizar su sueño de oportunidad. Los negocios de diversidad ecléctica que se mantienen en la avenida le dan a la comunidad, la oportunidad de ser testigo de cómo construyeron sus abarroterías, panaderías, barberías, restaurantes y hasta lavanderías.
Autopista 131
A pesar que fue considerado un paso hacia la renovación urbana, por parte de los proponentes del desarrollo de la Autopista U.S.131, y además una oportunidad de mejorar el transporte para aquellos que vivían en las afueras de la ciudad de Grand Rapids y llegar al corazón de la ciudad, la construcción de la autopista forzó a muchos que trabajaban y vivían en la avenida, a tener que trasladarse. De acuerdo con el Instituto de la tierra en Michigan (Michigan Land Institute), La construcción por el estado de Michigan de la autopista U.S. 131 a través del centro de la ciudad, resultó en las demoliciones de cientos de edificios de la avenida y traslado de miles de residentes.
Mapa de la avenida Grandville Avenue antes de la construcción de la autopista 131 cerca del año 1960. (Cortesía de la Grand Rapids History & Special Collections, Archives, Grand Rapids Public Library)"La construcción de la autopista 131 aisló aún más el vecindario, separando el este del oeste, cuando trasladaron los negocios y las casas que conectaban el vecindario del este con nosotros,” asevera Ángelo.
Groce's Barbershop ubicada en la 418 Grandville Ave SW. Cortesía de la Grand Rapids History & Special Collections, Archives, Grand Rapids Public LibraryLa Barbería de Groce (Groce's Barbershop), construida cerca de 1950 en el 418 de la Avenida Grandville, era propiedad de Daniel Groce Júnior, un afroamericano que llegó a Grand Rapids desde un vecindario de Texas en 1947. La barbería era bulliciosa con clientes que llegaban de todas partes del vecindario para conseguir una mejor presentación. En 1960, la barbería fue obligada a ser trasladada al vecindario Baxter y fue demolida para darle lugar a la U.S. 131.
Así como el desarrollo y los cambios se filtraron en la avenida Grandville, Hernández espera que las familias en la comunidad tengan la oportunidad de ganar capital económico y convertirse en inversionistas en sus comunidades y ser propietarios.
Samariz Hernández Fernández“Mi tía Tere trabaja en el Campus Comunitario del Suroeste, mi primo trabaja en el Centro Hispano y mi prima Joanna trabaja como enfermera en el Programa Puente, un programa que mi madre creó en la Avenida Grandville y la Calle Tulip. Cuando yo conseguí mi trabajo en la Escuela Primaria Cesar Chávez, me di cuenta que Grandville es donde se supone que tengo que estar. Estamos enraizados en el vecindario." – dijo Samariz Hernández
On The Ground GR
Son unas series enfocadas a informar sobre el rápido crecimiento comunitario. Estas series resaltarán y celebrarán a las comunidades ubicadas entre la avenida Grandville.
En los siguientes meses, los reporteros de On The Ground GR, estarán tocando a su puerta para conocer a los vecinos y miembros de la comunidad. Nuestro deseo es profundizar más en temas que les interesan a los residentes de estas comunidades. Ya sea para celebrar la diversidad, así como fortalecer esta área. Estaremos en las calles escuchando todos sus comentarios, opiniones y aportaciones, y no sólo eso, queremos reconocer la unidad de la comunidad, el espíritu de positivismo y su vitalidad.
Usted nos puede encontrar On The Ground GR´s work vía twitter (#OnTheGroundGR @rapidgrowthmedia), Facebook e Instagram. Para comunicarse con la editora de On The Ground GR, Michelle Jokisch Polo, (lea acerca de Michelle aqui), usted puede enviar un email a [email protected] y seguir en Facebook e Instagram
On The Ground GR es auspiciado por The Frey Foundation, The Grand Rapids Community Foundation y la Steelcase Foundation una organizaciónes
Fotografía porDreams by Bella.