Dominga Lucas, es un miembro de nuestra comunidad en la Avenida de Grandville. Aqui, para todos nosotros es muy importante el atender el clamor de los indigenas que viven en nuestra vencidad, quienes estan confrontando graves limitantes en cubrir las necesidades basicas, ya que no existen los recursos en su idioma de origen.
Pero, no siempre fue así. Liliana pasó un tiempo muy difícil cuando tuvo que separarse de su mamá al empezar la escuela. Para facilitar su adaptación, Lucas Pérez empezó quedándose con Liliana las primeras horas de clases. Al principio, fue sólo una manera de hacer sentir bien a Liliana con todo lo nuevo que le rodeaba, pero luego, se convirtió en una manera para que Lucas Pérez practicara su español e Inglés y para hacer buena amistad con las maestras de su hija.
Después de escuchar que Lucas Pérez es de Guatemala, muchos suponían que su idioma natal era el español. En realidad, su idioma natal es el Mam. Ella nació y creció en Todos Santos, un pueblo en el Departamento de Huehuetenango en Guatemala. Ella es parte de una vibrante comunidad indígena Maya en
Todos Santos Cuchumatán, un pequeño poblado en Huehuetenango. El Mam es el cuarto idioma indígena más común, con medio millón de hablantes en el mundo. Este idioma no se encuentra exclusivamente en Guatemala, se habla en Chiapas, un estado del centro este de México.
Liliana, Sindi y Yulimar
Lucas Pérez recuerda la primera vez que trató de ordenar una taza de café en un McDonalds de Grand Rapids.
Cuando vinimos aquí no sabíamos ni cómo pedir una taza de café. Teníamos que señalar con los dedos, si la cajera tenía paciencia podíamos ordenar, si no, nos quedábamos callados,” dice Lucas Pérez.
Segun los datos obtenidos en las Escuelas Públicas de Grand Rapids 75 estudiantes han identificado hablar in idioma indegena de Centro America, la mayoria de estos estudian en la escuela Cesar Chavez.
“A veces confunden el Mam con el Español,” dice Lucas-Pérez, también explica que no se usa masculino y femenino en los pronombres, como El y Ella.
Ella explica que cuando llegó en el año 2000, fue un poco más fácil porque Matías, su compañero, sabía hablar Mam, Español e Inglés muy bien. Desde que Matías murió en un trágico accidente en su trabajo hace tres años, Lucas Pérez ha tenido que criar sola a sus tres pequeñas hijas y mientras tanto, se mueve en su espacio con los pocos recursos en su propia lengua.
“Aquí estoy por mis hijas, porque yo quiero que sean doctoras, enfermeras, licenciadas, cualquier profesión, con tal de que tengan una carrera.”
A pesar de la barrera del idioma que Lucas Pérez ha tenido que enfrentar, ella ha persistido. Ella se ha convertido en un miembro integral de la Avenida Grandville, conocida como una voluntaria extraordinaria por los trabajadores de la escuela César Chávez, en donde estudian sus dos hijas menores, Yulimar y Sindi. Lucas Pérez cree que la única manera de mantener una comunidad próspera es mantenerse involucrada en ella.
Domingo Hernández Gómez, director del Centro Bob y Aleicia Woodrich encargada de “Igualdad y la Inclusión” en el Community College de Grand Rapids, cuyo idioma principal es el Tzeltal, -un idioma Maya hablado en cinco países de Centro América- explica, que también hay un poco de negatividad hacia al que habla un lenguaje indígena. Hernández Gómez habló Tzeltal hasta la edad de once años cuando se le impuso el español en la escuela.
“En la población indígena se tiene un sentimiento de vergüenza cuando no hablas español, por el temor a ser juzgado de que no eres educado, o básicamente eres tonto, ignorante," dice Hernández Gómez.
El español no es una lengua nativa de América Latina aunque es el idioma oficial en la mayoría de los países de Centro y Sur América, es un idioma traído por los colonizadores españoles en 1492. A pesar de que el idioma se mantiene y se habla a lo largo y ancho en estos países, hay poco conocimiento de las lenguas de las comunidades indígenas de estas tierras.
A diferencia de Hernández Gómez, quien ha tenido la oportunidad de estudiar, Lucas Pérez no ha tenido las mismas oportunidades de educación que él. Ella solamente pudo completar tres años de escuela en su pueblo Todos Santos y después de tercer grado tuvo que ir a trabajar al campo para ayudar a su familia. Lucas Pérez siempre se ha sentido atraída por la educación, pero no ha tenido oportunidades, esto, fue algo que su familia no pudo proveerle.
“Cuando estaba en Guatemala, cada alumno tenía que llevar piedras pequeñas para construir el muro de la escuela. Era obligatorio ir a la escuela, pero sólo los que tenían dinero podían ir," dice Lucas Pérez.
Las oportunidades de educación son una de las razones por las que Lucas Pérez permanece en los Estados Unidos. Dice que, si se hubiera quedado en su pueblo, sus hijas no podrían estar asistiendo a la escuela para tener la clase de educación que tienen aquí, aparte de eso, tienen acceso a aprender tres idiomas. Sus tres hijas hablan Mam, Español e Inglés. En casa, ella habla Mam con sus hijas, menos cuando tienen que hacer sus deberes de la escuela.
“Yo me siento con ellas mientras hacen sus tareas y ellas me enseñan lo que significa cada parte de lo que están leyendo," explica Lucas Pérez.
Para Lucas Pérez, desarrollar buenas relaciones con su comunidad significa ser un puente para otras madres que tampoco hablan español como primer idioma. Ella cree que su función está en compartir el conocimiento de recursos con otros.
Dominga Lucas-Pérez juega Connect Four con sus tres hijas en la Biblioteca Cook ubicada en la avenida Grandville. “Yo les he enseñado a muchos cómo tomar el bus, cómo ir a la Clínica Cherry, cómo ir a pagar por el servicio de basura de la ciudad y cómo inscribir a sus hijos en la escuela," agrega Lucas Pérez.
Chad Patton, director de Lugar de Trabajo de Ingles en el Literacy Center of West Michigan, explica que la percepción equivocada de la comunidad hacia aquellos miembros de la misma que viven en el suroeste de Grand Rapids y que hablan un idioma indígena, casi siempre asume que estos individuos pueden leer y escribir también en español. Sin embargo, la mayoría de las veces este no es el caso, explica Patton, ya que estas personas han tenido falta de acceso a una educación formalizada en español.
Según Patton, la comunidad desconoce la exclusión que existe en América Latina de las comunidades indígenas. Sus identidades como indígenas y Latinos van mano a mano y no necesariamente reflejan la experiencia Latina demostrada en los medios de comunicación.
Este pasado julio, el Literacy Center of West Michigan empezó a ofrecer clases de español básico para aquellos que no hablan el español de manera fluida.
"Estábamos haciendo contactos con muchos residentes de la avenida que no sabían leer o escribir en español aunque lo hablaban. La mejor manera de enseñarles el inglés es primeramente ayudarles a mejorar el español," dice Patton.
Las clases se ofrecen los martes en la tarde en la Clínica Santa María, ubicada en la 730 de la calle Grandville SW. Aquellos interesados en registrarse para las mismas deben comunicarse con Patton al 616-459-5151 ext. 44.
Una de las formas en que Lucas Pérez ha podido buscar recursos ha sido por medio de su hija Liliana quien siempre ha tenido voluntad de traducir para su mamá cuando hay algo que no entiende. Liliana ha podido aprender español y el inglés por medio del programa bilingüe en la Escuela Primaria César E. Chávez.
“Fue gracias a Liliana que yo aprendí a ir en el bus y ver el horario, ahora me voy en el bus a traerla a la Escuela Media City,” explica Lucas Pérez.
Hernández Gómez explica que para aquellas familias como la de Lucas Pérez, sus hijos son el punto de contacto con la comunidad.“Estas familias dependen de los hijos en sus necesidades de interpretación y esto puede afectar a los niños. Por eso es muy importante ofrecer recursos de consejería y apoyo para estos niños. Hernández Gómez dice que la mejor manera de hacer que otros como Lucas Pérez se sientan acogidos, es sonreír, usar el lenguaje corporal para mostrarles que pertenecen al lugar.
"Decir "Hola" ayuda a que otros sepan que son bienvenidos," explica Hernández Gómez. Lucas-Pérez hace eco del sentir de Hernández Gómez y dice que ella siempre está interesada en practicar su español y su inglés con otros.
"Yo me siento orgullosa de mi. Si me dices "Dominga, así es como lo tienes que decir" y me corriges, yo no me siento mal porque lo estás haciendo por mi bien. Le pido a Dios que me dé muchos años más. Yo quiero ver a mis hijas graduadas,” dice Lucas Pérez.
La perseverancia de Lucas-Pérez, es el resultado de la necesidad de enfrentarse en contra de lo que las estructuras de colonización han provocado para eliminar las voces de los indigenas, así como la de ella. Parametros que priorizan a los colonizadores y la gente blance. Lucas-Perez, no se ha dado por vencida en su lucha en contra de estos limitantes, y batalla para que sus hijas tengan mejores oportunidades.
On The Ground GR
Son unas series enfocadas a informar sobre el rápido crecimiento comunitario. Estas series resaltarán y celebrarán a las comunidades ubicadas entre la avenida Grandville.
En los siguientes meses, los reporteros de On The Ground GR, estarán tocando a su puerta para conocer a los vecinos y miembros de la comunidad. Nuestro deseo es profundizar más en temas que les interesan a los residentes de estas comunidades. Ya sea para celebrar la diversidad, así como fortalecer esta área. Estaremos en las calles escuchando todos sus comentarios, opiniones y aportaciones, y no sólo eso, queremos reconocer la unidad de la comunidad, el espíritu de positivismo y su vitalidad.
Usted nos puede encontrar On The Ground GR´s work vía twitter (#OnTheGroundGR @rapidgrowthmedia),
Facebook e
Instagram. Para comunicarse con la editora de On The Ground GR, Michelle Jokisch Polo, (lea acerca de Michelle
aqui), usted puede enviar un email a
[email protected] y seguir en
Facebook e
Instagram.
On The Ground GR es auspiciado por
The Frey Foundation,
The Grand Rapids Community Foundation y la
Steelcase Foundation una organizaciónes
Fotografía por Dreams by Bella.